Qué ver en Perú: los 10 imprescindibles para un viaje inolvidable
Perú es uno de los destinos que muchos sueñan conocer. Un país realmente fascinante que lleva enamorando a millones de turistas desde hace años y que hasta no hace mucho era uno de los más desconocidos de Sudamérica. Viajar a América ya supone de por sí toda una experiencia, pero lo cierto es que hay países como Perú que albergan tanta belleza en cada uno de sus rincones que, aunque pasáramos una vida en ellos, nunca llegaríamos a conocer del todo.
Perú es un país que sorprende a cada paso con sus monumentos, sus paisajes, su cultura y sus gentes. Desafortunadamente, casi ningún viajero cuenta con presupuesto y tiempo ilimitado, y tarde o temprano debemos volver a casa. Lo que sí te recomendamos encarecidamente es que al menos dediques 15 días para ver lo más importante: los 10 imprescindibles de Perú que te traemos hoy en esta lista.
En este post podrás leer:
1. Arequipa
La ciudad de Arequipa se encuentra protegida por el Misti, un imponente volcán. Cuenta con uno de los cascos históricos más hermosos de todo el país. Con bellísimas calles flanqueadas por majestuosas mansiones señoriales y plazas tan impresionantes como la de Armas. Además, en ella podrás visitar el monasterio de Santa Catalina de Siena, que en el siglo XVI constituyó una gran ciudadela que transporta al viajero de forma inevitable a algún rincón de Andalucía con sus patios de naranjos y sus macetas llenas de coloridas flores. Sin duda, es la ciudad ideal para aquellos que quieren conocer la arquitectura colonial en todo su esplendor, ya que al no ser muy turística, se encuentra muy bien conservada. No en vano ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es, además, uno de los mejores lugares para empezar a acostumbrase a los ambientes de altura, pues a 2.335 metros sobre el nivel del mar el cambio de la atmósfera ya empieza a notarse.
2. Machu Picchu
No puedes viajar a Perú sin visitar el Machu Picchu, lugar que se ha convertido en el mayor emblema de este país. Rodeado de un paisaje increíble que nos va deleitando con su belleza a medida que vamos avanzando en el ferrocarril, está ubicado entre montañas de casi 2.500 metros sobre el nivel del mar. Extendiendo la vista hacia el paisaje que lo rodea, resulta difícil imaginar cómo fue posible construir algo tan impresionante en un lugar tan hostil.
Además, ofrece la posibilidad de disfrutar de uno de los amaneceres más espectaculares que hayas visto jamás. Para lo cual, solamente tendrás que hacer noche en la población de Aguas Calientes y madrugar un poco. Una experiencia que no olvidarás jamás.
Se trata de un complejo realmente inmenso que además de permitirnos profundizar en el pasado de la zona, nos ofrece la posibilidad de realizar rutas de senderismo como la Montaña Machu Pichu y el Huayna Picchu. El único inconveniente es que requieren de un tiempo y un esfuerzo considerables, por lo que no podemos disfrutar de las dos en una sola jornada.
3. Huaraz
Si eres un gran apasionado del montañismo o disfrutas descubriendo paisajes únicos, no puedes dejar de visitar la zona de Huaraz, la puerta de acceso a la imponente Cordillera Blanca, compuesta por una gran cantidad de lagunas y elevaciones que te dejarán con la boca abierta. Como curiosidad, decir que el nevado Siula Grande sirvió como escenario para el rodaje de la mítica película Touching the void. La laguna más popular es la número 69, pero tampoco debes dejar pasar la oportunidad de hacer una excursión a Chavín, uno de los lugares precolombinos más importantes de todo el sur del continente americano, con un templo preincaico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Además, en este lugar se encuentran otras maravillas como el Callejón de Huaylas, un inmenso valle interandino.
4. Lago Titicaca desde Puno
El Lago Titicaca, el más grande de todo el sur de América, se encuentra ubicado a nada menos que 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Un lugar de gran belleza que emana cultura por los cuatro costados. El mejor lugar para conocerlo es la ciudad de Puno, donde podrás visitar preciosos lugares como Amantaní, Chucuito, Taquile y las islas flotantes de Uros, y dar un pequeño salto hasta la vecina Bolivia para conocer la Isla del Sol, cuna de la civilización Inca.
5. Reserva Nacional de Paracas
La Reserva Nacional de Paracas es un lugar de obligada visita para todos aquellos que amen los paisajes costeros y las playas de ensueño. Un auténtico oasis en pleno paisaje desértico. Desde sus costas salen con frecuencia lanchas que van hasta las Islas Ballestas, donde podrás contemplar pelícanos, pingüinos de Humboldt, leones marinos, ballenas, delfines y un sinfín de aves de numerosas especies. No hay nada como sentarse a disfrutar de un pisco sours en cualquiera de los bares de la localidad mientras te deleitas con una de las puestas de sol más espectaculares que hayas visto jamás.
6. Cuzco y alrededores
Cuzco es una gran ciudad que podemos visitar en un solo día si no nos detenemos a visitar muchas iglesias o museos. De lo contrario, el tiempo puede pasar a tanta velocidad que no habremos ni empezado a conocerla. Y es que no solamente cuenta con una impresionante riqueza monumental, sino que además en sus alrededores se esconden verdaderas joyas arqueológicas que debemos visitar, tales como Tambomachay y Sacsayhuamán.
7. Valle Sagrado
Aunque podemos visitar el Valle Sagrado por libre, si vas con el tiempo justo, siempre es recomendable contratar la excursión organizada que sale desde Cuzco. De esta forma, podrás conocerlo y regresar al hotel en el mismo día. A lo largo de la jornada, podrás descubrir lugares tan hermosos como el famoso mercado de Chinchero, los extraños huertos de Moray, las salinas de Maras y las impresionantes ruinas de Ollantaytambo.
8. Valle del Colca
El Valle del Colca se sitúa a unas horas de Arequipa. Se trata, sin duda, de uno de los paisajes más hermosos que hayas visto nunca. El punto de partida es Chivay y sigue avanzando por los preciosos pueblos de Maca, Yanque y Cabanaconde, protegidos por majestuosas montañas, donde el mero hecho de pasear o sentarse ya supone un verdadero placer. No te pierdas estas encantadoras localidades con casas de piedra y tejados de paja ni, por supuesto, dejes de visitar el Cañón del Colca, que con sus 4.000 metros, es uno de los más profundos de todo el planeta.
Allí podrás sumergirte además en la cultura y tradiciones más arraigadas del país, donde las mujeres todavía visten con los trajes típicos, y contemplar el impresionante vuelo del cóndor, que suele sobrevolar la Cruz del Cóndor bien temprano.
9. Líneas de Nazca
Nazca se encuentra cerca de Arequipa. Desde allí, podrás tomar una avioneta en el aeropuerto para disfrutar de los famosos geoglifos. Sin duda, una de las cosas más misteriosas que podrás ver durante tu estancia. Se trata de inmensos diseños realizados entre el año 200 y 700 a. C, que actualmente siguen siendo uno de los grandes enigmas de la historia de este país. Solamente pueden verse desde el aire, lo que ha generado multitud de teorías sobre los posibles contactos de las antiguas culturas de Perú con civilizaciones extraterrestres.
Las avionetas salen cada 15 minutos y el vuelo dura entre 30 y 90 minutos. Si tiendes a marearte, no olvides llevarte una pastilla. Ten en cuenta que los giros en el aire son bastante pronunciados y si no pones en ello los cinco sentidos, no podrás disfrutarlo en todo su esplendor.
10. Iquitos
Situada a orillas del Amazonas, la ciudad de Iquitos es un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y para aquellos que buscan lugares únicos. Uno de los cuatro puertos fluviales principales, que ha conseguido escapar del turismo y mantenerse prácticamente virgen, lo cual tiene mucho que ver con el hecho de que no haya acceso por carretera y que la única forma de visitarlo sea por mar o aire. Una vez allí, podrás sumergirte en la zona amazónica, en su exuberante flora y fauna, y conocer las formas de vida y la cultura de los indígenas que viven en el poblado. Aprovecha para escuchar sus historias, descubrir qué es lo que hacen y cuál es su imagen sobre nosotros en lugar de quedarte solamente en el tradicional intercambio comercial de artesanía.
