A cuatro horas en tren de Cusco, el viajero se encuentra con una de las nuevas siete maravillas del mundo: una enorme ciudadela de piedra oculta por una espectacular montaña con vistas al profundo cañón del río Urubamba.
Machu Pichu, que en Quechua significa “montaña vieja”, es quizás uno de los puntos más visitados de Perú. Conviene incluso pasar dos noches allí para tener tiempo de visitar toda la ciudadela y, sobre todo, para ascender al Wayna Pichu (“montaña joven”). Esta actividad es una experiencia inolvidable. El acceso se realiza desde la Plaza Principal de Machu Pichu, por un camino construido por los propios Incas. Este sendero se encuentra señalizado y en buen estado. Desde aquí la vista es simplemente impresionante, ya que se contempla el Machu Pichu en su máximo esplendor.